miércoles, 2 de mayo de 2007

Escritores y prostitutas

ESCRITORES Y PROSTITUTAS

CRISTINA PERI ROSSI

BULEVAR
EL MUNDO, 20 de abril de 2007

Ahora que estamos en vísperas de Sant Jordi, convendría que l@s lector@s conocieran un poco las características de esta profesión, que no todo es Bucay en este oficio. ¿Dije profesión? No, esto no debe de ser una profesión. Si lo fuera, tendría los mismos derechos que la medicina o la abogacía. Podría enfermarme y estar de baja, podría tener vacaciones y hasta una jubilación. Pero igual que la prostitución, ser escritor no tiene ninguno de esos derechos. Mi editora, su secretaria, los trabajadores de la imprenta y las telefonistas están en plantilla, pero los escritores somos una rara especie de individualistas que vamos por libre, negociando unos contratos que casi nunca se cumplen; cuando queremos hablar de dinero, alguien se nos ofende: como si fuera un tabú.Cuando nos invitan a la televisión, no nos pagan; si damos entrevistas, no nos pagan; si nos llaman de la Consejería de Cultura de Alcornoque del Benteveo para dar una conferencia, siempre nos dicen que no pueden pagar más de cien euros y un billete de tren. Eso sí, tendremos el inmenso placer de conocer al concejal de cultura que se presenta otra vez a las elecciones municipales y que se hará una foto con nosotros y con el cochinillo asado del banquete. A su lado, la esposa, no sé si la primera o la segunda, que en Alcornoque del Benteveo están muy adelantados, ya les llegó el divorcio aunque todavía no hubo una sola boda homosexual.A esto, los escritores le llamamos hacer bolos, y si el día antes del bolo estamos con 40 de fiebre o lumbago, adiós los cien euros y encima, nos granjeamos el odio del concejal que piensa que los escritores somos todos unos vagos.
El carnicero del mercado de la calle Numància (gran lector) dejó hace muchos años la editorial donde trabajaba y se pasó al comercio, que siempre da más. Cada vez que publico un libro (y para este Sant Jordi publico dos) me mira con pena y me dice: «Parece mentira que los escritores estéis como estáis». Me ha sugerido que me consiga un negro (reveladora designación para aquéllos que escriben libros que otros firman) a ver si publico un best seller y gano un poco de dinero para la vejez. Entonces , me sale el orgullo: yo jamás escribiré un best seller, que no he pasado 40 años dedicada a la literatura para arruinarlos con un novelón sobre la Guerra Civil o la adopción de niños tercermundistas por matrimonios aburridos con buen pasar económico. En la última liquidación que recibí de alguno de mis casi cuarenta libros publicados (hace algo así como dos años) la editorial no me pagaba el diez por ciento que me tocaba sobre doscientos libros estropeados y tampoco me el diez por ciento sobre otros 200 ejemplares dedicados a la prensa. ¿A quién voy a quejarme? ¿Al gerente de la editorial, que viene de la Pegaso o de la Toshiba?
Lo mejor que hemos hecho los escritores es CEDRO, una asociación que ayuda a los escritores cuando están enfermos o necesitan asistencia domiciliaria. Desde aquí, gracias. Y a por el canon en bibliotecas públicas.

Mi casa es la escritura



MI CASA ES LA ESCRITURA


En los últimos años
he vivido en más de cien hoteles diferentes
(Algolquín, Hamilton, Humboldt, Los Linajes
Grand Palace, Víctor Alberto, Reina Sofía, City Park)
en ciudades alejadas entre sí
(Quebec y Berlín, Madrid y Montreal, Córdoba
y Valparaíso, París y Barcelona, Washington
y Montevideo)

siempre en tránsito
como los barcos y los trenes
metáforas de la vida
En un fluir constante
Ir y venir

No me creció una planta
no me creció un perro

Sólo me crecen los años y los libros
que dejo abandonados por cualquier parte
para que otro, otra
los lea sueñe con ellos

En los últimos años
he vivido en más de cien hoteles diferentes
en casas transitorias como días
fugaces como la memoria

¿cuál es mi casa?
¿dónde vivo?
Mi casa es la escritura
la habito como el hogar
de la hija descarriada
la pródiga
la que siempre vuelve para encontrar los rostros conocidos
el único fuego que no se extingue

Mi casa es la escritura
casa de cien puertas y ventanas
que se cierran y se abren alternadamente
Cuando pierdo una llave
encuentro otra
cuando se cierra una ventana
violo una puerta
Al fin
puta piadosa
como todas las putas
la escritura se abre de piernas
me acoge me recibe
me arropa me envuelve
me seduce me protege
madre omnipresente.

Mi casa es la escritura
sus salones sus rellanos
sus altillos sus puertas que se abren a otras puertas
sus pasillos que conducen a recámaras
llenas de espejos
donde yacer
con la única compañía que no falla
Las palabras.


de Habitación de Hotel (Ed. Plaza&Janés, 2007)